En Ciudad del Cabo visité una inmensa y preciosa colonia de pinüinos. El lugar se conocido como Boulders Beach y se encuentra muy cerca del Cabo de Buena Esperanza, donde se unen los océaonos Índico y Atlántico.
Los paisajes allí son impresionantes y la fauna autóctona, como podéis ver, completan lo que para mi es uno de los continentes más increibles que existen.
La reserva en la que se reproducen y conviven estos fantásticos y siempre cómicos ejemplares, es un lugar paradisiaco. En todo momento el turista pasea por una pasarela de madera, de la que bajo ningún concepto puedes salir, si no es volviendo atrás sus pasos. El recorrido lo empiezas por una serie de dunas, que te avanzan que el océano está cerca, aunque aún no lo veas, es algo parecido a los Arenales del Sol, pero a lo bestia. Pronto empiezas a encontrarte estos magníficos ejemplares de Pingüino Africano (Spheniscus demersus) y por supuesto te vuelves loco fotografiándolos, sin saber que pronto veras más de 3000.
A tu alrededor te encuetras vegetación frondosa mezclada con arena de playa, donde los pingüinos hacen sus nidos para poner sus huevos y más tarde criar a sus polluelos.
Es muy bonito, pero cuando crees que no pude ser mejor, llegas a la playa donde acaba la pasarela en forma de mirador y te encuentras con una inmensa manada de estos ejemplares disfrutando de una tarde de mar y buscando pareja, como si de una panda de guiris en Benidorm se tratara, solo que ellos están en su casa y no usan bronceador.
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